viernes, 4 de noviembre de 2016

DÍAS DESPUÉS DE LA CONSAGRACIÓN DE PPK ONU Y TRAICIÓN




Queridos amigos,


Uno de los dones del Espíritu Santo es el llamado Temor de Dios. Este consiste, no en temerle, sino en temer ofenderle. Es un temor que nace de la humildad, pues nos reconocemos débiles ante la grandeza y el poder de Dios, un Dios que nos ama y del cual somos sus hijos, pero que habrá de juzgarnos al final de nuestras vidas.


Nuestro presidente el señor Kuczynski, a solo tres días de haber consagrado su persona, gobierno y país, de haber pedido perdón por las transgresiones y la ayuda divina para cambiar todo lo que nos separa de Dios, ha traicionado su solemne juramento, evidenciado así la nula sinceridad de sus palabras.


En lo que configura una gravísima ofensa contra Dios y sus Mandamientos, este martes 25 de octubre el Estado Peruano se convirtió en signatario de la “Convención Interamericana contra toda Forma de Discriminación e Intolerancia”, documento diseñado por la OEA para que los Estados partes de la convención puedan imponer a sus pueblos la abominable agenda LGTB.

Según este documento que trata de los “derechos humanos o libertades fundamentales”, entre las causales de discriminación –aparte de nacionalidad, raza, edad, nivel de educación, etc.-  están aquellas basadas en la orientación sexual” y aquellas basadas en la “identidad y expresión de género”.  Extrañaría que se usen dos términos distintos para lo que sabemos significa lo mismo, si no fuese por el artículo que le sigue:  Discriminación múltiple o agravada es cualquier preferencia, distinción, exclusión o restricción basada, de forma concomitante, en dos o más de los motivos mencionados en el artículo 1.1”


El documento asegura la discriminación a favor de la comunidad LGTB, ya que especifica que “no constituye discriminación las medidas especiales o acciones afirmativas adoptadas para garantizar el goce de uno o más derechos humanos y libertades fundamentales de grupos que así lo requieran”.


Asimismo se tipifica la “intolerancia” como “el acto o conjunto de actos o manifestaciones que expresen el  irrespeto, rechazo o desprecio de las características u opiniones de seres humanos por ser diferentes o contrarias”... o pertenecer a “grupos en condiciones de vulnerabilidad”.

Entre los deberes a los que se compromete el Estado Peruano está el de “prevenir, eliminar, prohibir y sancionar, de acuerdo con sus normas constitucionales y con las disposiciones de esta Convención, todos los actos y manifestaciones de discriminación e intolerancia, incluyendo: 

i. El apoyo privado o público a actividades discriminatorias o que promuevan la intolerancia, incluido su financiamiento. 

ii. La publicación, circulación o diseminación, por cualquier forma y/o medio de comunicación, incluida la Internet, de cualquier material que:
a) defienda, promueva o incite al odio, la discriminación y la intolerancia”.
  
Este artículo asegura la represión de la libertad individual para defender la moral cristiana en cualquier ámbito, incluyendo los medios de comunicación católicos y las redes sociales.

“La denegación al acceso a la educación pública o privada, así como a becas de estudio o programas de financiamiento de la educación, en función de alguno de los criterios enunciados en el artículo 1.1 de esta Convención.”

Este artículo asegura que en el Perú pueda darse la misma situación que en los Estados Unidos y Europa, donde los colegios católicos no pueden impedir el ingreso a niños o jóvenes que se presentan vestidos de mujer, por el peligro de ser denunciados y sancionados.

“Los Estados Partes se comprometen a formular y aplicar políticas que tengan por objetivo el trato equitativo y la generación de igualdad de oportunidades para todas las personas, de conformidad con el alcance de esta Convención, entre ellas, políticas de tipo educativo, medidas de carácter laboral o social, o de cualquier otra índole de promoción, y la difusión de la legislación sobre la materia por todos los medios posibles, incluida cualquier forma y medio de comunicación masiva e Internet.”


En este artículo no solo se asegura el compromiso del Estado Peruano en la perversión de los niños vía la educación escolar y la imposición u aceptación obligatoria de las conductas inmorales tanto en el ámbito laboral como en el social, sino que se compromete a darles amplia difusión a través de todos los medios de comunicación, internet incluida, y –claro está- con el dinero de todos los peruanos.
 
“Los Estados Partes se comprometen a adoptar la legislación que defina y prohíba claramente la discriminación y la intolerancia, aplicable a todas las autoridades públicas, así como a todas las personas naturales o físicas, y jurídicas, tanto en el sector público como privado, en especial en las áreas de empleo, participación en organizaciones profesionales, educación, capacitación, vivienda, salud, protección social, ejercicio de la actividad económica, acceso a los servicios públicos, entre otros; y a derogar o modificar toda legislación que constituya o dé lugar a discriminación e intolerancia.” 

Se asegura que cualquier ley que defienda el derecho de la población peruana a vivir de acuerdo a la moral cristiana deberá ser derogada o modificada. 

“Los Estados Partes se comprometen a asegurar a las víctimas de la discriminación e intolerancia un trato equitativo y no discriminatorio, la igualdad de acceso al sistema de justicia, procesos ágiles y eficaces, y una justa reparación en el ámbito civil o penal, según corresponda.” 

Quien ose oponerse a cualquier acto inmoral o se resista a ser involucrado en tal acto (pastelero, fotógrafo, etc.) podrá ser multado,  encarcelado, ver su negocio clausurado, etc., tal y como sucede ya en otros países.

“Los Estados Partes se comprometen, de conformidad con su normativa interna, a establecer o designar una institución nacional que será responsable de dar seguimiento al cumplimiento de la presente Convención, lo cual será comunicado a la Secretaría General de la OEA.” 

En otras palabras, los peruanos pagaremos una “Gestapo” dedicada a hacer el seguimiento de todo aquel que se atreva a decir, escribir o hacer cualquier cosa que sea considerada “intolerante” o “discriminatoria” contra los LGTB y demás letras que vayan añadiendo.

“Cualquier persona o grupo de personas, o entidad no gubernamental legalmente reconocida en uno o más Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos, puede presentar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos peticiones que contengan denuncias o quejas de violación de la presente Convención por un Estado Parte.”

Cualquier LGTB podrá denunciar al Estado Peruano si no cumple con todas las imposiciones dictadas por este Convenio.


Todo Estado Parte puede, en el momento del depósito de su instrumento de ratificación o de adhesión a esta Convención, o en cualquier momento posterior, declarar que reconoce la competencia de la Comisión para recibir y examinar las comunicaciones en que un Estado Parte alegue que otro Estado Parte ha incurrido en violaciones de los derechos humanos establecidos en la presente Convención.”

Cualquier otro país podrá denunciar al Estado Peruano si no cumple con todas las imposiciones dictadas por este Convenio.

“Los Estados Partes podrán formular reservas a la presente Convención al momento de su firma, ratificación o adhesión, siempre que no sean incompatibles con el objeto y fin de la Convención y versen sobre una o más de sus disposiciones específicas.”

En otras palabras, el Estado Peruano no podrá presentar ninguna reserva, ya que cualquiera sería incompatible con el objetivo de instalar la “tiranía gay” en el Perú. 

Estos son tan solo unos cuantos artículos del nefasto documento al cual se ha adherido el Perú gracias a nuestro presidente Pedro Pablo Kuczynski.  El siguiente es el enlace del documento:


Debemos reconocer que nuestro presidente ha sido fiel a su promesa de llevar a nuestro país hacia las metas de destrucción moral planteadas desde las Naciones Unidas.

Debemos también reconocer que nuestro presidente se ha burlado del pueblo católico, de su fe, de la consagración, y, lo más terrible de todo... se ha burlado de Dios.

Muchos saludos y bendiciones,

 
Nancy Freundt

Presidente

Agrupación en Defensa de la Vida

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